Pasen y vean

Anoche me despertó gritando. Medio dormido, le pregunté ¿qué pasa? Nada, era sólo una pesadilla, dijo ella con alivio. Soñé que estábamos en un circo, rodeados de gente extraña. Había un ventrílocuo con un muñeco horrible, payasos que no paraban de reír y una mujer barbuda que no dejaba de mirarme. Hacían mucho ruido y yo lo único que quería era irme a casa contigo. Bueno, no pasa nada, le dije mientras la abrazaba, era sólo un sueño sobre un circo. No me entiendes, me dijo angustiada. Nosotros estábamos en el escenario. Ellos eran los espectadores.
(Microrrelato escrito para la reunión de relatos sobre el circo del blog de Anónima Mente)

20 comentarios en «Pasen y vean»

  1. A mí tampoco me gustan demasiado, aunque tengo buenos recuerdos de cuando me llevaban mis padres.
    Gracias, Claudia. Un beso.

    Responder
  2. Al fin y al cabo puede que todos tengamos como vida un gran circo, de nosotros depende angustiarnos o reirnos con ella.
    Muy bueno, como siempre.

    Responder
  3. Pues si, todos somos raros, el que es normal es raro por ser normal, y lo normal es ser raro, así que ¿por qué no? todos al circo! a actuar o a ver, es lo mismo!
    Abrazos

    Responder
  4. La vida tiene mucho de representación. La cosa es saber en qué lado estamos en cada momento, ya que somos público y actores. Me temo que la barrera no está tan delimitada como puede parecer.
    Gracias por pasar por aquí!!

    Responder
  5. ¿Quién es el animal o el monstruo de feria? Detrás del monstruo horrible suele existir un corazón blando que busca amor y no aplausos. Yo me ablando leyendo este micro.

    Responder
  6. Oigan… raras serán ustedes!! con esas manías de ir una hora más antes, que no sabe uno si vienen o van, con esas músicas ratoneras en sus blogs…

    …si no fueran ustedes tan incorregiblemente encantadoras…

    Responder
  7. Manuel: me recordaste la historia de Frankenstein. En realidad todos tenemos un poco de monstruo y de corazón blando. Me ha conmovido que te ablande el relato…

    Kum*: pues sí, aquí todo ocurre una hora antes, y nos va estupendamente! :o) Un pajarito me dijo que habló contigo. El mundo es un pañuelo! Gracias por tu comentario, me ha gustado mucho y me ha hecho reír.

    José Manuel: me alegro de que te gustara. Tienes razón, se pasa miedo en un escenario, y aún así la gente se sigue subiendo: recompensa.

    Indio: a veces es bueno pararse y ver las dos perspectivas, porque te hace darte cuenta de que todo es relativo. Me alegro de verte por aquí.

    Gracias a todos por venir!

    Responder
  8. Mundos invertidos que nos llevan a un muy lindo micro. Casi un voyeurismo al revés. Me gustó mucho. Saludos!

    Responder
  9. Gracias, Martín! Pensaré en lo del voyeurismo, le da una dimensión diferente al microrrelato. Un saludo, gracias por pasar por aquí!

    Responder
  10. A mi siempre me ha dado pavor la palabra "normal" porque ¿quién delimita lo que lo es y lo que no lo es? ¿acaso el que lo hace es … normal? Tu micro me ha gustado mucho porque pone al descubierto ese circo del día a día. Un beso.

    Responder
  11. Gracias, Maite. Estoy de acuerdo contigo, la palabra "normal" es muy tramposa e injusta. Sólo sirve para excluir, para separarnos de los demás.

    Patricia, ésa es otra cara del micro: el miedo a estar en evidencia, a ser observado, juzgado, comparado… Gracias por subrayarla.

    Un beso para las dos.

    Responder
  12. Perdona, espero que se te pase pronto :o) A mí me da más miedo lo que nos pasa despiertos…
    Un abrazo.

    Responder
  13. Pero qué pasa cuando creemos que estamos despiertos y en realidad estamos soñando?

    No te preocupes, fue un susto bueno 🙂

    Responder

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.