El otro big bang

   En un momento indefinido, la población comenzó a replegarse. Ocurrió sin una señal de alarma por nuestra parte, como algo inevitable que asumimos sin cuestionar. Vimos cómo las nuevas familias tenían cada vez menos hijos, pasando de cinco a cuatro, a tres, a dos, a uno. Esa cuenta atrás nos llevó al cero. Ahora que somos tan pocos, nos preguntamos qué pareja llegará al final: qué Adán, qué Eva.

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