Códigos

   Se entendían a su manera. En medio del bullicio de los otros, apenas hablaban porque sabían de la inutilidad de las palabras. Sus conversaciones estaban llenas de silencios, pero también de gestos y miradas suficientes para transmitir cualquier mensaje. Los demás, ajenos a esos signos, no comprendían nada: ni el diálogo, ni a ellos. 

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