Mientras ella subía al tercer piso de un centro comercial cualquiera, él bajaba por la escalera mecánica contigua a la suya. Durante unos segundos estuvieron muy cerca el uno del otro. Tanto, que podrían haberse mirado o haber intercambiado algunas palabras. Sin embargo, no lo hicieron. Ninguno acusó la presencia del otro, porque no se conocían. A pesar de que terminarán amando cada centímetro de la piel del otro y necesitando su contacto para ser un poco más felices, ni siquiera recordarán ese día en el que coincidieron por primera vez. Porque no lo sabían. Él tendrá que pasar un proceso de divorcio, y ella deberá cambiar de trabajo. Entonces se encontrarán, pero no antes. Por eso ahora cada uno sigue su camino. De espaldas, se alejan el uno del otro.
Escritora.
Que chulo! Nunca se sabe lo que nos deparará el destino. Quizás alguien, desde fuera, si lo sepa.
Besos
Cuántas veces he pensado esto… sin darte cuenta te cruzas con personas importantes que aún no conoces…
Te recomiendo este cuento-poesía
http://barbara-fiore.com/index.php/libros-archivos/desencuentros/
Muchas gracias a las dos! Vidalilla, gracias por el enlace, no lo conocía. Un abrazo.
Que bueno! Lo estaba visualizando conforme lo leia. Podría ser el inicio de una película en la que se juega con los tiempos y el azar.
Paso a leerte los otros textos
Un millón de gracias, Odile!
estupendo!!. Esta vez lo bordaste. Me gusta mucho.
Miguel, muchas gracias. Un abrazo.