“Espérame“, le había dicho el tritón, y ella le prometió que lo haría. Sentada sobre una roca, lo siguió con la mirada hasta que ya no pudo distinguirlo. Mantuvo los ojos dirigidos hacia el lugar donde lo vio por última vez, convencida de que no tardaría en regresar junto a ella. Así esperó unos minutos, y luego unas horas que se hicieron días. La sal del mar le ayudó a cumplir su promesa. Petrificada, ya no podía hacer otra cosa mas que esperar.
Microrrelato escrito para el concurso Minificciones.com.ar. El texto debe hacer alusión a la imagen.
Escritora.
Que bonito, Belén!!!!!
espero que tengas mucha suerte, a mi me ha encantado
Tristemente bello.
La mejor de las suertes para el concurso
Tristemente cabróncete Tritón. El relato precioso, a ver si tienes suerte.
Un abrazo
Mucha suerte en el concurso, está muy bien hilado texto/imagen, abrazos.
Algo así como un síndrome penelopeico, pero a fuerza.
SAludos
Es curioso como funcionan las personas, con distintos resultados, ante los mismos estímulos.
Me gustó tu texto, ahora veo la imagen de otro modo.
Un beso.
Muchas gracias a todos, la cosa está difícil, pero nunca se sabe!
Un abrazo para cada uno.
Es muy hermoso!
Gracias, Rosio!
Un abrazo.
Lo que más me ha gustado es la forma de narrar.
Un beso, Belén.
Genial, gracias por tu punto de vista, siempre se agradece.
Un beso.
Precioso. Primero espera por interés, porque quiere… después porque no puede hacer otra cosa. Creo que encierra una reflexión importante
Saludillos
Gracias, Puck! Sí, queda un poco "atrapada", aunque igual solo cambia la manera de estarlo… Es cuestión de perspectiva, supongo.
Un abrazo.