Cuando mi abuelo murió, no se fue
de casa. Se quedó con nosotros sin que nadie lo supiera. Yo soy el único que lo
ve deambular de un lado a otro, desubicado. Observo cómo arrastra las
zapatillas enfundado en su pijama azul, sin entender qué es lo que ocurre. Pero
es lógico. Con el tiempo, eliminamos sus muebles del dormitorio y añadimos
librerías y una mesa para el ordenador. Ahora lo llamamos “el estudio”. Mi
abuelo entra y sale de él a su antojo, buscando una pipa que no encuentra, y un
reloj de pulsera que ahora lleva puesto mi padre. Aún así, no se puede decir
que lo esté pasando mal. En otras casas, he llegado a contar hasta quince
personas.
Escritora.
Magnífico. Continúa, por favor, contando acerca de lo que ves, y de lo que te dicen. Gracias.
Muy "El Sexto sentido". Bueno, no tiene cama, pero tampoco la necesita. Y esos libros le serán útiles para pasar las noches mientras todos duermen.
y si no es el reloj buscará otra excusa para quedarse, no? Me gusta ese abuelo.
Saludos van, Belén
Quince personas! Unos tanto y otros tan poco. El abuelo aburrido mientras en otros sitios montan party-ghosts!
Jejejeje, me encanta eso de la party-ghost, tiene que ser divertido 😉
Maite, solo si son un grupo nutrido, el pobre abuelo, ni un pasodoble se puede marcar él solo, pobre.
Gustándome mucho (que me gusta), a medida que lo leía he pensado que acabarías por el rollo social, algo así como "intentamos abandonarlo en una gasolinera, peo siempre volvía, así que fingimos que había muerto¨.
Me parece estupendo que esté el abuelo por ahí. Los muertos siguen con nosotros hasta que dejamos de hablar de ellos… Me ha encantado, Belén. Un día de estos colgaré el Félix Hormiga que me mandaste…
Anónimo: al revés, gracias a ti, seas quien seas.
Cybrghost: pues mira, bien pensado. Ahora me agobia menos la lista de libros pendientes por leer, ya habrá tiempo… :oD
Sandra: a mí también, aunque me da penilla… No me termina de gustar eso de "la vida sigue", y tener tapar la ausencia de una persona. En la casa de mis padres pasó algo así: el dormitorio de mi abuela es "el cuarto del ordenador".
Montse y Maite: son tremendas… :o) No se preocupen, la party-ghost es cuestión de tiempo…
Depropio: pues no se me ocurrió esa posibilidad… Es fuerte, pero interesante.
Juan: muchas gracias, harás bien en colgar a ese grande de la literatura canaria. El texto tiene un punto de desasosiego que me encanta.
Un abrazo muy fuerte para cada uno.
Si lo está pasando bien, seguirá en la casa.
Me gustó tu relato.
Saludos
Es que como en casa, no se está en ningún sitio! Gracias por venir, Juglar, y por tu comentario.
Un abrazo.
A veces veo muertos.
Me gustó ese final, que aunque en la misma línea del resto del micro, le da un toque de originalidad.
Besos, Belén.
Gracias, Torcuato! Llevaba un tiempo dándole vueltas a un posible overbooking fantasmagórico.
Un beso.
Me gusta.
Gracias, Asieta!
Un abrazo.
Excelentes tus cuentos.
Me encantaron.
Un abrazo desde Uruguay!!!
Nicus
Hola Nicus, muchas gracias!
Un abrazo.
Me gusta tu relato,es muy reconfortante seguir con las personas que quieres y formen parte de tus sueños.
Besos
Hola Chus!
Muchas gracias, y bienvenida. Ya no suelo publicar cuentos aquí, si quieres puedes visitarme en mi casa nueva: todaslaspalabrascuentan.blogspot.com
Un abrazo.