La isla estaba hecha de viento: de las palabras que se llevaba, de las noticias que traía, de las voces efímeras de sus habitantes etéreos. Pero era tan hermosa, que parecía verdadera, y a ninguno de sus moradores le preocupaba que pudiera ser tan precaria como ellos.
Escritora.
Muchas veces nos conformamos con solo aquello que parece verdadero, antes que no tener nada, el vacío.
Saludos, Belén!
Sí, es verdad…
Saludos, David!