Enedina no leía libros, pero sí analizaba rostros, y veía en ellos las más increíbles historias de amor, los mejores relatos de miedo y los sucesos más extraordinarios jamás contados. Por eso, y no por vanidad, se maquillaba tanto: para ofrecer las mejores páginas de su vida en el caso de que alguien más fuera capaz de leerlas.
Escritora.
Yo, al contrario, me corté el pelo y así me presento ante los demás: "desnudo".
Saludos y saludes.
Sí, es otra forma de ir por la vida…
Un abrazo.
Es preferible dar nuestra mejor versión, aunque no siempre nos sale.
Sí, al menos hay que intentarlo…