Dependiendo de la hora del día, desde mi casa se escuchan las conversaciones de los pájaros, la música de las cañerías, el fluir del tráfico, una gran variedad de monólogos ajenos y un pitido insistente que me acompaña cuando cierro la puerta y salgo a la calle, dejándolo todo bajo llave y en silencio: eso mismo me ocurre, exactamente, con tu voz.
Relatos para leer de pie
…o para leer sentado. Con música, o sin ella. En voz alta o en silencio. En cualquier caso, no te llevarán mucho tiempo.
La creación del tiempo
Horarios
Microcirco
En el principio
Enedina
Se ruega silencio
Cuando llega a casa después de un largo día de trabajo, solo espera encontrar silencio. Por eso su mujer apaga la televisión en cuanto lo ve entrar y sus hijos lo abrazan riendo en voz baja. A la hora de la cena, en la cocina del herrero solo se escucha el ruido sordo de las cucharas de palo.
Tiempo de perogrullos
—Aquí estamos.
—Sí, aquí estamos.
—Mañana no se sabe.
—No, no se sabe.
—El tiempo vuela.
—La verdad es que sí.
—Que sí qué.
—Eso, que el tiempo vuela.
—Sí, claro. Siempre lo he dicho.
—Y yo.
—Y no se recupera.
—No, no vuelve.
—Por eso no debemos malgastarlo.
—No, no debemos.

