-Perdió el norte… -decían todos.
-Descentrados… -pensaba él.
Escritora.
Recordaré este día siempre, aseguró.
No supo que mentía.
Escritora.
El tiempo no cesaba de rediseñar sus rostros.
Escritora.
Los príncipes azules esperaban la llegada de mujeres corrientes.
Escritora.
Hábilmente, su madre rectificó: “…fueron felices y comieron seitán”.
Escritora.