Estás allí donde te recuerdo. Viajas conmigo a los lugares que nunca visitamos juntos. Te asomas a los paisajes que no miraste, te asombran las ciudades que nunca viste. Y vives. De alguna manera, vives.
Escritora.
Escritora.
Escritora.
Escritora.
Escritora.
Escritora.
Escritora.
Escritora.
Cuando el último mamut cerró los ojos para siempre, no fue
consciente de que su muerte implicaría el final de una especie. Tampoco la
última gacela saudí ni el único lince ibérico pudieron preverlo. El último homo sapiens, intuyéndolo, no quiso creerlo.
Escritora.
Escritora.
Escritora.