Con el tiempo, se acostumbró a la existencia de la alarma, esas cuatro letras claras e inconfundibles que la reclamaban con urgencia desde cualquier lugar: mamá.
29 palabras
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Si un sí o un no pueden cambiar una vida, una historia puede ser contada en pocas palabras.
…o para leer sentado. Con música, o sin ella. En voz alta o en silencio. En cualquier caso, no te llevarán mucho tiempo.
Blog de aforismos
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Yo le daría una manita de pintura a las paredes y tiraría la tele, claro. Y, joder, esa lámpara tan horrible…
Pero, eso sí,… al fin un poco de silencio.
Suerte en tu nuevo…, con tu…, ejem… bueno, lo que sea esto.
Besos payasos.
Tú siempre igual, antes la música, ahora las paredes… La verdad es que quedó un poco "vintage", y le pega un chelo… 🙂 Como te pongas muy tonto, le abro la puerta a Zoë, estás avisado 😛
Un besote.
Pd.: gracias 🙂
Y lo que echas en falta esas palabras cuando crecen…
Besos desde el aire
Uf… Muchos besos, Rosa.
¡Buen trabajo, Belén!
Es increíble cómo funciona esa alarma durante mucho tiempo. Tanto que te giras incluso cuando no es la tuya. Luego, un buen día y sin saber cómo, oyes un ¡Papáaaaa! y ya no te giras.
Un abrazo,
Gracias, Pedro! La naturaleza es sabia, te va preparando para la siguiente: abueeeeloooo 🙂
Un abrazo.
Parafraseando a Los Rodríguez: Dulce Condena.
Sí, debe serlo!
Un abrazo, Cybrghost.