Sin saber cómo, perdió un minuto en la ducha. En lugar de 07:10, en su reloj se leía 07:11, y esa evidencia le hizo vivir el día como si no fuera suyo. Todas las personas que encontró en la calle no se hubieran cruzado con ella si hubiera salido a la hora prevista. Las conversaciones, las miradas, los momentos… Nada de eso le hubiera pertenecido. Recorrió el día como si fuera otra persona, y en ese deambular expectante descubrió que esa vida era mucho más interesante que la suya.
Escritora.
Uf, en tal caso yo tendría que perder una hora de vida para volver en algo interesante las cosas jaja
Otro buen texto 😉
:o) Muchas gracias…