Ayer te vi atravesar La Alameda y me extrañó que estuvieras en Los Sauces. Luego recordé que llevas varias semanas muerto, y no supe cómo reaccionar. Tal vez debí decírtelo entonces, pero no lo hice. Conociéndote, no quería que te llevaras el susto de tu muerte.
Relatos para leer de pie
…o para leer sentado. Con música, o sin ella. En voz alta o en silencio. En cualquier caso, no te llevarán mucho tiempo.
Dobles
Me han dicho que tengo un doble viviendo en el otro lado de la isla, y de vez en cuando me llegan noticias suyas. Me cuentan que está bien, que cambió de trabajo, que sigue viviendo en Los Llanos de Aridane. A veces me pregunto si también a ella le hablarán de mí, si sabrá lo que hago o lo que evito a toda costa. Me inquieta pensar que me considere su doble y no al contrario, o peor aún, que en el fondo no seamos más que dos partes de la misma cosa, que vivamos cada una en un lado de una isla simétrica, tan igual y tan diferente como los dos perfiles del rostro que al parecer compartimos.
Compañeros de piso
Desde hace años, conviven debajo de mi cama el Hombre del Saco, el Coco y un par de fantasmas. Ahora se han añadido la hipoteca, el colesterol elevado y el paso del tiempo. Un día de éstos tendré que hacer algo, pero no sé cuándo. Lo único seguro es que ya no me queda espacio para tanto miedo.
De corazón
Después de varios intentos, la reanimación cardiopulmonar le devolvió la consciencia durante cinco segundos, el tiempo suficiente para agradecer profundamente el simple hecho de estar vivo y comprender que toda su existencia había transcurrido en ese único instante que ahora abandonaba.
Aviso importante
Estoy atrapada en un sueño del que no recuerdo el principio. Si alguien lee esto, quiero que sepa que intento soñarle de la mejor forma que puedo, y que probablemente, acabaré despertando.
Venganza
Hace poco tuve un flechazo. Con sumo cuidado, extraje la flecha de la carne enamorada, la limpié y la guardé a la espera de localizar a Cupido. Cuando lo encuentre, se va a enterar de lo que es morir de amor.
El otro big bang
En un momento indefinido, la población comenzó a replegarse. Ocurrió sin una señal de alarma por nuestra parte, como algo inevitable que asumimos sin cuestionar. Vimos cómo las nuevas familias tenían cada vez menos hijos, pasando de cinco a cuatro, a tres, a dos, a uno. Esa cuenta atrás nos llevó al cero. Ahora que somos tan pocos, nos preguntamos qué pareja llegará al final: qué Adán, qué Eva.
La importancia del complemento directo en la vida cotidiana
Escuchó te deseo y le dio tiempo a imaginar un mundo de posibilidades que acabó estrellándose contra las paredes de su mente en una milésima de segundo, justo en el momento en que su cerebro procesó el final de la frase y de la historia de ambos: lo mejor.
Cuestión de ángulo
Todos coincidieron en describirlo como un hombre recto. Es cierto que nadie lo definió nunca como un obtuso, pero también que no destacó por ser especialmente agudo. Poco más se puede afirmar de esta persona que decidió dar un giro de 180 grados a su vida, rompiendo así todos los cálculos.
Problema
Si la suma de los días resta tiempo y multiplica las posibilidades de dividir nuestro camino, ¿a qué velocidad debemos vivir para que el resultado sea correcto?

